Título Inglés / hispano: ¡Suspense! / Posesión satánica
Guión: Truman Capote, William Archibald, John Mortimer (escenas adicionales y diálogos).
Intérpretes: Deborah Kerr, Peter Wyngarde, Megs Jenkins, Pamela Franklin, Martin Stephens, Michael Redgrave
Fotografía: Freddie Francis (Blanco & Negro)
Adaptación al cine de la novela de Henry James “The turn of the screw” (Otra vuelta de tuerca).
Sinopsis: Una puritana institutriz recibe la misión de encargarse de dos niños huérfanos que viven en una apartada mansión rural. Pronto empieza a sospechar que los antiguos criados, muertos hace tiempo, ejercen todavía una perniciosa influencia en la vida de los niños.
Premios 1962: Festival de Cannes: Nominada a la Palma de Oro (mejor película)
La institutriz: la señorita Giddens recala en una mansión rural para cuidar y educar
a unos niños huérfanos abandonados por su egocéntrico tío.
Los niños: Miles y Flora, de apariencia angelical,
pronto manifestarán una crueldad latente.
La trama: el film desarrolla una historia de fantasmas
pero se apoya en un potente drama psicológico.
Los otros: el antiguo jardinero y la anterior institutriz,
ambos amantes y ya fallecidos, se le aparecen a la señorita Giddens.
Deborah Kerr: espléndida en su rol de inexperta y recatada institutriz victoriana,
supera el uso de la palabra con la fuerza de su gestualidad y mirada .
Miss Giddens llega a creer que los niños también pueden ver a los espíritus
y que además están bajo su influjo.
Miles: “Sólo fue el viento, mi querida” (cita).
La fotografía: a cargo de Freddie Francis ("El hombre elefante", David Lynch, 1981), destaca en todo el film, tanto en los contrastes de luces en los interiores de la mansión como en el esplendor de los paisajes exteriores.
Elegante ambigüedad: La película maneja el misterio de una forma muy eficiente y gradual, planteando dudas e interrogantes que no tienen respuestas claras.
¿Posesión fantasmal?: en más de una ocasión el espectador deberá afrontar
la interpretación de los hechos y de los indicios mediante conjeturas.
¿Problemas en la azotea?: mas allá de la posible sugestión de una mente fracturada, el director lleva la incertidumbre al extremo logrando un misterio metafísico e intelectual, fiel al espíritu de la novela de Henry James.
Atracción fatal: la creciente tensión sexual que vive la protagonista sumada a la atracción que demuestra por el niño que debe cuidar, sugieren que la reprimida institutriz podría estar luchando contra los propios fantasmas sexuales que afectan su equilibrio personal.
La música: de Georges Auric, aporta una banda sonora inquietante que reitera como tema central la melodía de la canción
"O Willow Waly". Como dicha melodía, la película es particularmente siniestra a pesar de su envoltorio aparentemente ingenuo.
Una película visionaria y avanzada a su tiempo, considerada un auténtico referente para los amantes del cine de misterio y horror, cuya influencia se extiende a títulos mas recientes como “Los otros” (2001) o “El sexto sentido” (1999).
Afiches: